Esta obra estuvo a cargo de la costarricense Constructora Meco y la española Puentes y Calzadas, agrupados bajo el Consorcio del Atlántico. Se trata de un viaducto que une la ruta 32 con la nueva Terminal de Contenedores de Moín (TCM). Se trata de una vía de alta capacidad que dispone de dos carriles por sentido que dan entrada y salida a la TCM. En detalle, la obra incluyó dos viaductos independientes con una longitud de aproximadamente 1 kilómetros cada uno, con carriles de 3.65 metros, aceras peatonales y ciclo vías con un ancho de tres metros, barreras laterales y central, así como señalización e iluminación.